TIPOS DE SONETOS

Apuntes sobre el Soneto

Ricard Monforte Vidal

España

Breve apunte en torno al Soneto:

El Soneto aparece con sus rasgos característicos ya desarrollados en la poesía italiana culta de la corte de Federico II (1194-1250); recibió el impulso definitivo con la escuela del «Dolce stil novo», movimiento literario nacido en los albores del Renacimiento, de la que Dante es su figura más conocida y representativa. Francesco Petrarca (1304-1374)  con su «Canzoniere» lo proyectó definitivamente más allá de la geografía italiana.

Etimológicamente el nombre «soneto» deriva de un diminutivo del latín «sonus», tono, sonido; adoptado por la poesía provenzal como «sonet», melodía corta y ligera, cancioncilla; de allí pasó a Italia con el nombre «sonetto» gracias a la admiración despertada en aquellas tierras por la poesía trovadoresca provenzal.

Es el Marqués de Santillana quien utiliza el soneto de forma conocida por primera vez en España, aunque fueron Garcilaso de la Vega y Juan Boscán,  no sin grandes detractores, quienes tomándolo de Petrarca lo aclimataron definitivamente a la literatura peninsular.

Si bien sus grandes momentos fueron los del Renacimiento y el Barroco, fue el Modernismo y su experimentalismo quien rompió su rigidez canónica introduciendo variaciones en la cantidad y disposición de las  rimas, en la isometría versal e, incluso, en el número de versos.

La estructura externa ‘clásica’ es la de catorce versos endecasílabos reunidos en dos cuartetos iniciales con rima consonante ABBA, ABBA y dos tercetos finales con disposición rimática consonante de distribución variable, no está permitida la inclusión de versos blancos. Como veremos, esta estructura ha sufrido con el paso de los siglos numerosas variaciones de todo tipo e importancia.

Su estructura discursiva es bimembre, un tema que se desarrolla en los cuartetos cuya resolución o conclusión tiene lugar en los tercetos, aunque en no pocas ocasiones el poeta/poetisa quiebra esta norma, dejando la resolución para el último terceto o, incluso, a los versos finales del último terceto.

Paso a enumerar los tipos de soneto:

SONETILLO: Soneto en versos de arte menor.

SONETO ACRÓSTICO: Soneto en el que las letras iniciales de cada verso forman un acróstico.

SONETO AGUDO: Soneto en el que los cuartetos tienen forma de octava aguda (versos 4º y 8º agudos) y los tercetos llevan agudos los versos 11º y 14º que riman entre sí.

SONETO ALEJANDRINO: Soneto compuesto en versos alejandrinos.

SONETO ASONANTE: Soneto compuesto en rima asonante en su totalidad.

SONETO CON COLA: Soneto que añade cada dos versos un quebrado tetra o pentasilábico.

Los ojos de honestíssima paloma,
o del octauo cielo las estrellas
relumbrantes:
La frente de la Aurora, quando assoma:
A las granadas las mexillas bellas
semejantes:
los labios qual carmín deshecho en goma,
palabras y meneos de donzellas
no arrogantes:
El pecho qual confeccionada poma,
las pieles quales Rubís que dan centellas,
o Diamantes:
La estatura qual de una hermosa palma,
y de Marfil el blanco cuello, y manos,
son dotes deste cuerpo sacrosanto
de María
porque los interiores, y del alma,
venid, o Cherubines soberanos
a los cantar, que ya no puede tanto
mi Talía.

Juan Díaz Rengifo

SONETO CONTÍNUO: Soneto con la misma rima en los cuartetos y en los tercetos.

SONETO DE CUARTETOS INDEPENDIENTES: Soneto en que cada uno de los cuartetos tiene rimas distintas.

SONETO DIALOGADO: Soneto en el que hay un diálogo.

– ¿Cómo estás, Rocinante, tan delgado?
– Porque nunca se come y se trabaja.
– Pues, ¿qué es de la cebada y la paja?
– No me deja mi amo ni un bocado.
– Andá, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
– Amo se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.
– ¿Es necedad amar? – No es gran prudencia.
– Metafísico estáis. – Es que no como.
– Quejaos del escudero. – No es bastante.
– ¿Cómo me he de quejar en mi dolencia
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?

Miguel de Cervantes

SONETO DOBLADO O DOBLE: Soneto en el que se introducen versos quebrados; dos en cada uno de los cuartetos y uno en cada uno de los tercetos. Los versos quebrados riman con los enteros. Su estructura es similar a la del Soneto con cola (ver supra).

Amor es lazo en tierra solapado,
ladrón disimulado,
ponçoña entre la dulce miel metida,
serpiente en frescas yeruas encogida,
que da mortal herida.
… …  …  …

Juan Díaz Rengifo

SONETO CON ECO: Soneto en que la palabra final de cada verso repite la parte final de la palabra anterior y, por tanto, crima en eco con ella:

Peligro tiene el más probado   Vado
quien no teme que el mal le impida   Pida
mientras la suerte le convida   Vida
y goce el bien tan sin cuidado   Dado.
…  …  …  …

Félix Lope de Vega

SONETO ENCADENADO: La primera palabra de cada uno de los versos -a partr del segundo- rima con la última palabra del verso anterior:

Pluguiera a Dios que en ti Sabiduria
(guía del alma y celestial lumbrera)
huuiera yo empleado el largo día,
la fría noche, el tiempo que perdiera.
…   …   …   …
Juan Díaz Rengifo

SONETO ENUMERATIVO: Soneto en el que  el sentido se gradúa de forma ascendente hasta el penúltimo verso, la consecuencia se reduce al último verso.

Aunque de godos ínclitos desciendas,
y cuelgues de pirámides gitanas
tus armas, con las águlas romanas,
y despojos de bárbaras contiendas;
aunque a Jove le des ricas ofrendas,
olores de Asia, plumas mejicanas,
y arrastres las banderas africanas,
y tu nombre de polo a polo extiendas;
aunque ciña laurel y oro tus sienes,
y gobiernes la rueda de Fortuna,
y pongas con tu gusto al mundo leyes;
aunque pises la frente de la Lna,
y huelles la corona de los reyes,
si la virtud te falta nada tienes.

Bartolomé L. de Argensola

SONETO CON ESTRAMBOTE: Soneto al que se le añade uno o más grupos de tres versos al final. Cada uno de estos grupos de tres versos suele tener la siguiente forma: un heptasílabo que rima con el verso anterior, y dos endecasílabos que forman un pareado. En algún caso puede faltar el heptasílabo.

SONETO INGLÉS O DE SHAKESPEARE: Variante de soneto formado por tres cuartetos sin rimas comunes y un pareado final. A pesar de su adscripción a Shakespeare a quien debe su prestigio, se considera que su creador fue Thomas Wyat, introductor del soneto italiano en la Gran Bretaña.

SONETO INVERTIDO: Soneto en que los tercetos preceden a los cuartetos.

SONETO MACHIEMBRADO: Soneto en cuya rima se alternan
palabras en género femenino y masculino.

El día, que antes era noche oscura,
vuele a ser día cada vez más puro;
la noche, que antes era día oscuro,
vuelve a ser noche cada vez más pura.
…   …   …   …

F. L. Fernández

SONETO PAREADO: Soneto en el que la rima de los cuartetos se organiza en pareados, así como en los tercetos.

SONETO POLIMÉTRICO: Soneto en versos de distinto número de sílabas.

SONETO CON REPETICIÓN: La últimas palabra de cada verso se repite al principio del verso siguiente:

Guarda mundo tu flaca fortaleza,
fortaleza de carne no la quiero,
quiero seruir a aquel en quien sí espero,
espero hará de roble mi flaqueza.
…   …   …   …

J. Díaz Rengifo.

SONETO RETRÓGRADO: Soneto que tiene sentido y forma de soneto leído en distinta dirección:

Sagrado Redentor y dulce esposo,
peregrino y supremo Rey del cielo,
camino celestial, fire consuelo,
amado Saluador, Iesús gracioso:
…   …   …   …

Juan Díaz Rengifo

Las primera palabras de los versos riman entre sí según el esquema del soneto.

SONETO SEPTENARIO: Soneto en versos heptasílabos; «Septenario» es el equivalente al español «Heptasílabo» en la versificación italiana.

SONETO TERCIADO: Soneto con rima alterna en los cuartetos.

SONETO DE TRECE VERSOS: Soneto sin el último verso, fue invención modernista:

Scherezada se entredurmió…
el Visir quedó meditando…
Dinarzada el día olvidó…

Mas el pájaro azul volvió…
Pero…
No obstante…
Siempre…
Cuando…

Rubén Darío

SONETO TRILINGÜE: Soneto que tiene sentido en tres lenguas

SONETO VISUAL O MORFOSONETO:  Cajón de sastre en el que se aglutinan todo tipo de sonetos isosilábicos con importantes variaciones estructurales, sobretodo rimáticas: sonetos de versos blancos, monorrimos, arromanzados…

Bibliografía:

La métrica española en su contexto románico, Isabel Paraíso, Arco libros
Manual de versificación española, Rudolf Baehr, Gredos
Diccionario de métrica española, José Domínguez Caparrós, Alianza Ed.
Diccionari de poètica, Jordi Parramon, Edicions 62

Este artículo tiene © del autor.

OTRO TRABAJO ILUSTRATIVO SOBRE EL TEMA:

 

Un saludo cordial a todos.

Encuentro conveniente que iniciemos este breve estudio con el concepto que sobre el endecasílabo presenta el «Diccionario de métrica española» de José Domínguez Caparrós, quien expone de manera muy precisa y didáctica lo siguiente:

1. EL ENDECASÍLABO.

Verso simple de once sílabas métricas con acento obligatorio en la décima sílaba. La posición de los acentos interiores ─de los que debe llevar uno, al menos─ es variable y da lugar a distintas clases de endecasílabo. Los grandes tipos normalmente diferenciados son los que acentúan en: 6ª sílaba (endecasílabo a maiore); 4ª y 8ª (endecasílabo a minore); 4ª y 7ª sílabas (endecasílabo de gaita gallega). Hay sin embargo, quien parte de otros esquemas, pero esta es la clasificación más frecuente entre los tratadistas de métrica.

El endecasílabo es el verso simple de arte mayor más utilizado en la literatura española y fue elegido muy tempranamente como verso culto por excelencia. Es un verso de origen italiano que aparece en España con los primeros trovadores gallegos y catalanes. En Castilla surgió más tarde: don Juan Manuel lo empleó en algunos dísticos de el Conde Lucanor y Alfonso X en muchas de sus poesías gallegas.

En el s. XV, Francisco Imperial y el marqués de Santillana (con sus «42 Sonetos fechos al itálico modo») intentan adaptar al castellano el endecasílabo italiano, lo que no se consigue realmente hasta el XVI con Boscán, y de manera más perfecta, con Garcilaso de la Vega. Con el uso del endecasílabo se abrían paso en la literatura española, aparte del soneto, formas estróficas como la canción, la octava, el terceto encadenado, el uso del endecasílabo suelto, etc.

Para Antonio Quilis, el verso más complejo y rico es precisamente el endecasílabo, pues es el verso silábicamente más largo que no se rompe en unidades menores de funcionamiento autónomo. «Sabido el artificio del endecasílabo, fácilmente se entenderá el de todas las demás especies de versos vulgares» (Luzán). En otras palabras, los versos de doce o más sílabas acaban por conformarse como compuestos de versos menores (de 7+5, 6+6, etc.), y así pueden analizarse. Su complejidad deriva, en realidad, de la linealidad o conjunción para formar el verso de arte mayor, de su forma compuesta, pero no de sus cualidades internas.

La siguiente tabla resume un estudio sobre los endecasílabos, basado en casi todos los textos que existen en materia de versificación española. He hecho una versión de la misma partiendo de un modelo muy similar  a la tabla que, originalmente, pertenece a un Don Eduardo de la Barra Lastarria, continuador de la gigantesca obra de Andrés Bello y amigo de Rubén Darío, así que para tal insigne personaje el crédito total de este formato.

Como verán, existen aproximadamente 28 modelos de endecasílabos. Los primeros 23 son compatibles rítmicamente entre sí, pero discrepan con el ritmo de los modelos resaltados en rojo.

Un estudio reciente del filólogo español Miguel Ángel Márquez («Ritmo y tipología del endecasílabo garcilasiano”, Revista de Literatura vol. LXXI, nº 141 (2009), pp. 11-38, ISSN 0034-849X) ofrece una teoría muy reveladora (pero que choca con las teorías actuales de la versificación), acerca de la incompatibilidad rítmica de los endecasílabos dactílicos con otros endecasílabos. Márquez sostiene que existe una cláusula cuaternaria (óooo), presente en los demás versos y ausente en el dactílico, que lo hace incompatible rítmicamente con los demás.

oooooóoooóo (común)
oooóoooóoóo (sáfico)
oooóoóoooóo (horaciano)
oooóooóooóo (dactílico)

El tema que plantea Márquez es relativamente complejo y poco ortodoxo, pero si desean escudriñar más a fondo su contenido, sírvanse visitar el siguiente enlace: http://www.uhu.es/miguel.marquez/Web_de_Miguel_Angel_Marquez/academia_files/ritmo.pdf

Veamos ahora el siguiente repertorio de endecasílabos.

2. REPERTORIO.

Enfáticos:
1. Todo lo regurgitas, lo devoras… (1ª-6ª-10ª) Puro
hiedra que por los árboles caminas (Garcilaso)

2. Lágrimas que derrama el cielo añil (1ª-6ª-8ª-10ª) Pleno
corro a sacrificar mi triste vida (Herrera)

Heroicos:
3. Tus ojos germinando en el cristal (2ª-6ª-10ª) Puro
Mi ser es mi vivir acumulado (Jorge Guillén)

4. Y afuera está lloviendo y hace frío (2ª-4ª-6ª-8ª-10ª) Pleno
Oír llover no más, sentirme vivo (Unamuno)

5. La tarde lentamente se disipa (2ª-4ª-6ª-10ª) Corto
Al olmo viejo, hendido por el rayo (Antonio Machado)

6. La tierra agonizante, seca y yerma (2ª-6ª-8ª-10ª) Largo
pisando la dudosa luz del día (Góngora)

7. La mueca falsa de su mansedumbre (2ª-4ª-10ª) Difuso
Palomas lilas entre los aleares (Herrera y Reissig)

Melódicos:
8. Si la sal de la tierra se derrama (3ª-6ª-10ª) Puro
Volverán las oscuras golondrinas (Bécquer)

9. ¡Cuánto duele, Señor, no ser amado!… (1ª-3ª-6ª-8ª-10ª) Pleno
Duerme un poco de azul en esta rosa (Gerardo Diego)

10. Y aferrado al silencio que amo tanto (3ª-6ª-8ª-10ª) Largo
De estallada pasión y lumbre fiera (Alberti)

11. Es el tríptico azul de los sentidos (1ª-3ª-6ª-10ª) Corto
No me mueve, mi Dios, para quererte (Anónimo, s. XVI)

Sáficos:
12. En el sonido de tu voz de rosa (4ª-8ª-10ª) Puro
Que los claveles que tronchó la aurora (Góngora)

Cabe señalar que, cuando existe una fuerte cesura a partir de la 4ª sílaba métrica, en los versos sáficos puros (12) y sáficos cortos (15), sus denominaciones cambian a sáfico puro francés y sáfico corto francés, respectivamente. En estos casos, el endecasílabo pasa a ser un verso compuesto y se le denomina «endecasílabo a la francesa». La cesura de estos endecasílabos se logra insertando un vocablo oxítono cuya última sílaba coincide con la 4ª sílaba métrica del verso. Si la palabra es llana, una cesura épica suprime la sílaba que sigue a la cuarta acentuada.

Los sáficos puros y los sáficos cortos tienen el mismo esquema acentual de los endecasílabos a la francesa, pero están regidos por reglas y concepciones estilísticas diferentes.

Dios está azul. La flauta y el tambor
anuncian ya la cruz de primavera.
¡Vivan las rosas, las rosas del amor,
entre el verdor con sol de la pradera!

(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)

13. Solo en tus brazos sucumbió la muerte (1ª-4ª-8ª-10ª) Puro pleno
tristes recuerdos del placer perdido (Espronceda)

14. Temo que nuestra historia se ha acabado (1ª-4ª-6ª-8ª-10ª) Pleno
Oye la voz de mil suspiros llena (Herrera)

15. Te condené a la cruz entre ladrones (4ª-6ª-10ª) Corto
La soledad, la lluvia, los caminos … (César Vallejo)

16. Canta un jilguero triste en la ventana (1ª-4ª-6ª-10ª) Corto pleno
baja a la tierra un nardo interminable (Miguel Hernández)

17. El balancín triunfal de sus caderas (4ª-6ª-8ª-10ª) Largo
que la derrota tenga algún sentido (Toan Margarit)

18. Fragüé sus alas, cabalgué sus noches (2ª-4ª-8ª-10ª) Largo pleno
¿Por qué volvéis a la memoria mía? (Espronceda)

19. Como adueñándote del infinito (4ª-10ª) Difuso
encaramados en las enramadas (Neruda)

20. Ella es la lira de la providencia (1ª-4ª-10ª) Difuso pleno
Una guirnalda de melancolía (Lorca)

21. Era como el amor: toda misterio (1ª-6ª-7ª-10ª) Inverso
Basten las que por vos tengo lloradas (Garcilaso)

Dactílicos o Endecasílabos de Gaita Gallega:
24. Y en su mirada el dolor se sentía (4ª-7ª-10ª) Puro
por el dolor que nos tiene cautivos (José Hierro)

25. Muéstrame el cielo en tu verde regazo (1ª-4ª-7ª-10ª) Pleno
corre y recorre el sendero sin nadie (Mario Benedetti)

26. Que están los lirios sedientos de lluvia (2ª-4ª-7ª-10ª) Corto
Quizá el arroyo no aumente su calma (Claudia Rodríguez)

27. Endecasílabo galaico antiguo: este endecasílabo va acentuado en quinta y décima sílabas, independientemente de que lleve alguna otra sílaba acentuada. Está compuesto de un hexasílabo y un pentasílabo (6+5). Son muy pocos los ejemplos que pueden citarse –dejando aparte su aparición en la antigua poesía gallega– además de los versos de Rubén Darío titulados «Balada laudatoria a Valle Inclán», y la composición de Manuel González Prada titulada «El gran doctor»

Ejemplo de endecasílabos galaicos (2ª-5ª-10ª)

Recuerdo al abuelo, // tu jardinero,
el viejo ermitaño // que custodiaba
la luna en la noche // para podarte.

Acaso en sus manos // de marinero
sentiste su vida // que se apagaba
y abriste su pecho // para quedarte…

(«Al jardín y al abuelo», Elhi Delsue)

28. Endecasílabo Italiano puro (7-10): es un tipo de verso muy inusual dentro de la poesía clásica castellana.

3. CONSIDERACIONES DEL FILÓLOGO ESPAÑOL PABLO JAURALDE POU ACERCA DE LOS ENDECASÍLABOS.

* El endecasílabo italiano se sostiene sobre tres o cuatro apoyos rítmicos esenciales que son, además del obligado en 10ª, los de la 4ª, 6ª y 8ª posición métrica. El primer apoyo ─el acento antes de cuarta─ suele ser sumamente variable. El verso arranca muchas veces con ritmo indeciso que solo se define al alcanzar los apoyos internos.

* Suelen resultar impropios todos aquellos que llevan el acento en quinta, sobre todo si coincide con final de palabra, es decir, con posible pausa, pues se resuelven como dodecasílabos. Por ejemplo: y luego se fue batiendo sus alas, se resolvería como dodecasílabo de la siguiente forma: y luego se fue // batiendo sus alas (5+1 // 6)

* En muchos casos resulta probable que se resuelva su ritmo con apoyos en acentos secundarios, provocados por el contexto rítmico en el que aparecen.

¡Hasta la próxima!

El Soneto

El soneto (Del it. sonetto, y este del lat. sonus, ‘sonido’) es un poema formado por catorce versos de arte mayor ─endecasílabos, en su forma clásica─ con rima consonante. Los ocho primeros versos tienen dos rimas consonantes distintas, normalmente distribuidas de la siguiente forma: ABBA-ABBA. Son posibles otras distribuciones de la rima, especialmente la que obedece al esquema ABAB-ABAB. Los seis últimos versos tienen dos o tres rimas consonantes distintas de las de los ocho primeros, y su distribución es muy variada, con tal de que no haya más de dos versos seguidos con la misma rima.

Veamos este ejemplo de Góngora:

MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO
(Luis de Góngora y Argot)

Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello,
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

El soneto es una forma propia de la poesía lírica, y difícilmente se encontrará en las partes dialogadas del teatro. Sus temas son muy variados, desde el amoroso al satírico, pasando por los morales y metafísicos (en los que destacó Francisco de Quevedo). Los autores barrocos juegan con la forma del soneto, pero no lo alteran su estructura esencial, que continúa siendo la consagrada por Garcilaso de la Vega y Juan Boscán.

En la lengua de los trovadores ─obedeciendo a la etimología─ se le llama soneto a cualquiera especie de canto. Luego el término se aplicó por analogía a las poesías destinadas al canto y, más adelante, se concretó el sentido del vocablo a la forma poética, hoy designada por ese nombre.

El soneto debe tener unidad temática y un desarrollo completo. El tema, en la forma clásica, debe desarrollarse en los cuartetos, y el desenlace ─una reflexión o una consecuencia de lo planteado en los cuartetos─ debe llegar con los tercetos. De ahí el carácter de ejercicio técnico que suele emparentar al soneto con el epigrama o el madrigal, en cuanto que todas estas formas desarrollan un pensamiento breve de una forma completa.

Aunque su forma clásica exige el endecasílabo, el Modernismo, entre otras modificaciones, introdujo versos de las más variadas medidaso. Sus modificaciones más importantes en este dilatado correr literario fueron las siguientes:

Por imitación francesa se introdujeron rimas distintas en el segundo cuarteto, según el siguiente esquema: ABBA-CDDC.
Modificaciones en la rima del último terceto, que puede terminar en pareado por influjo del soneto shakesperiano.
En un mismo soneto pueden combinarse muy distintos metros. Si se escribe en versos de arte menor y se riman en forma idéntica al soneto, recibe el nombre  de “sonetillo”, como este de Cayetano Fernández: El orador elocuente:

«Vente conmigo a admirar
Un orador elocuente;
(Díjole Juan a Clemente,
Echando los dos a andar)

Demóstenes fue un pelgar
Y Tulio un impertinente,
Comparados al torrente
De su elocuencia sin par».

—«Tendré un gusto regalado,
Clemente dijo: es asunto
Que siempre fue de mi agrado».

Y Juan le señala al punto
Un aposento enlutado
Y allí tendido un difunto.

(Cayetano Fernández).
Casi sin historia el sonetillo en España, apenas figura en las poéticas nacionales; en cambio para los franceses simboliza un momento, si no importante, curioso de su historia literaria, pues el sonetillo de Benserade, que comienza: Job de mille tourments atteint dio nombre y bandera al partido poético de los jobelíns.

ORÍGENES Y RESEÑA HISTÓRICA

Los italianos estiman que el soneto ha resultado de la unión de dos estrambotes a la italiana o, si se quiere, de la adición de una sextina a una octava. La explicación parece un tanto artificiosa y juzgamos más natural considerarlo como uno de tantos tipos estróficos de cuna popular y destinado al canto.

Corresponde a Petrarca la gloria de haber generalizado el soneto, no la de su invención, como erróneamente aseguran vetustos preceptistas. El soneto es bastante más antiguo que el amante de Laura; fue conocido por los trovadores y troveros, y no faltan autores que remonten el origen de la combinación apolínea hasta las filigranas de la poesía árabe, aunque la mayoría concede el mérito de la invención a Pierre della Vigne (1190-1249) canciller del emperador Federico II, y el de fijar la forma definitiva al toscano a Pietro Aretino, que deleitó con su pluma y escandalizó con sus ejemplos a la primera mitad del siglo XVI. Otros estudiosos literarios vinculan el nacimiento del soneto con Giacomo da Lentini [1210-1260], quien fue también funcionario (notario) del gobierno de Federico II y a quien se le atribuyen 16 canciones y 22 sonetos, que obedecen, en cuanto a métrica, temática y estilo, a los cánones de la lírica provenzal.

Apasionado hasta lo indecible de las trovas italianas y provenzales, e imitador fervoroso, el marqués de Santillana, que ya había aprendido de su admirado Francisco Imperial el empleo del endecasílabo en castellano, escribió sonetos al itálico modo, es decir, a imitación de Petrarca. Uno solo de tales sonetos rima los cuartetos a la moderna, en los demás cruza los consonantes y no sabemos si, por respetar la forma de la antigua octava o por miedo a la dificultad de dos solas consonancias, mezcla tres rimas según el siguiente esquema: ABBA-ACCA. La escasa habilidad en el manejo del endecasílabo, la inconsistencia de la distribución de las rimas y el abuso de las terminaciones agudas, con otros defectos, no permitieron a los sonetos de Santillana conquistar envidiable popularidad.

Juan de Villalpando, obscuro e insignificante poeta, fue en orden cronológico el segundo sonetista de nuestra literatura. Los cuatro sonetos de Villalpando hoy conocidos, ninguno de positivo mérito, presentan cruzadas las rimas de los cuartetos y se apartan del canon admitido, desenvolviéndose en metros de doce sílabas. No por su voluntad, mas por torpeza, incrusta sin querer algunos endecasílabos; por ejemplo: «Ya que tal caso las trae consigo» que es un endecasílabo dactílico pleno (1-4-7-10) y, si se apura, un decasílabo.

EL SONETO EN LA POESÍA ESPAÑOLA

Ocioso nos parece historiar el glorioso porvenir que en nuestra literatura correspondió al soneto. Los nombres de Juan de Arguijo, Fernando de Herrera, Diego Félix de Quijada, Gutierre de Cetina, Manuel María de Arjona, Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz y Miguel de Cervantes. Este último utiliza variantes, como el «soneto con estrambote» o el «soneto dialogado».

El soneto también es muy frecuente en la obra de los autores de la generación del 27, sobre todo en Jorge Guillén, Gerardo Diego y Rafael Alberti. García Lorca cultivó esta forma en sus «Sonetos del amor oscuro». Posteriormente, algunos poetas, como Jorge Luis Borges, cultivan el «soneto inglés» o «soneto shakespeariano», que consta de tres cuartetos y un pareado final, o bien escriben sonetos sin rima, como lo hizo Pablo Neruda. El soneto mantuvo su vitalidad durante la posguerra gracias a autores que supieron renovar su sonoridad y retórica, como Blas de Otero, Ángel González y Carlos Edmundo de Ory, y entre los hispanoamericanos Alfonso Reyes y Javier del Granado. Durante los años sesenta y setenta cayó en un relativo descuido, pero poetas posteriores a los novísimos, como Álvaro Tato (y algunos de éstos, como Luis Alberto de Cuenca o Juan Van-Halen), han retomado su uso, con un fervor no exento de ironía.

LOS TERCETOS. En el soneto, los tercetos se riman según el capricho del versificador. Daremos, sin embargo, algunos ejemplos de las formas más usuales. La predilecta de nuestros clásicos es la de tres rimas a distancias iguales, tal como se ve en el siguiente y bellísimo soneto consolatorio de Fernando de Ávila:

Madre, vive constante en el tormento,
Quieta la frente, pues que no la inclinas;
Que no es nueva costumbre en las ruinas
Ser unas de las otras instrumento.
Así verás, cuando enojado el viento
Ejercita las ondas cristalinas.
Que la disminución de las vecinas
Es en las otras espumoso aumento.
Dignos juzgan los dioses tus desvelos
En resistir sus ímpetus fatales,
Pues victoriosos triunfan de su ira.
Mucho debe tu crédito a los cielos.
Pues nunca tanto ejército de males
Contra débiles ánimos conspira.
(Fernando de Ávila y Sotomayor.)

En ocasiones distribuían nuestros clásicos las tres rimas, de suerte que el cuarto verso de los tercetos conviniese con el segundo y el primero con el quinto; por ejemplo:

EL ECO
(F. Medina; traducción de Ausonio.)

Cambia, loco pintor, el pensamiento;
No esperes figurarme en tu pintura.
¿No ves que es invisible mi figura
Y querer retratalla es vano intento?
Madre me fue la lengua, padre el viento;
De mí se engendra, en semejanza oscura.
Un vano indicio que en el aire dura;
Mientras doy voces sin entendimiento
En fin del son ajeno renovado
En mi voz, por burlaros, voy siguiendo
hasta llegar con él a vuestro oído.
Mas a qué fin te estoy entreteniendo?
Si quieres retratarme en fiel traslado,
Retrata, si pudieres, el sonido.

Más armoniosa que las anteriores, y no menos sancionada por los grandes poetas, tenemos la de dos rimas alternadas para los tercetos, cual se verá en este soneto del no bien apreciado ni admirado D. Diego Félix de Quijada, uno de los sonetistas españoles más eximios del siglo XVII:

A DIDO
(D. Diego Félix de Quijada)

Oyó Elisa y miró, y abrió las puertas
Del casto pecho al huésped inhumano;
Entró por ellas el amor troyano.
Para dejarlas al dolor abiertas.
Las entrañas de amor más encubiertas
Patente hospicio son, albergue humano
De quien gozó galán, burló tirano.
Con viva fe, pero con obras muertas.
Quiso vengarse Dido, mas la suerte
Puso en los pies del Teucro su esperanza,
Y en su pecho lo busca airado y fuerte:
Hallóle en él, que en él no hizo mudanza,
Y por matar a Eneas se dio muerte.
¡Tanto puede en mujeres la venganza’

Al tiempo del romanticismo pertenece el auge de los sonetos terminados en dos pareados, combinación menos agradable al oído, pero que parece cerrar más completamente el poema.

EL SIGLO XVI
(Francisco Escudero y Perosso.)

Cada edad en un símbolo se encierra;
Cada pueblo su gloria a un hombre toma:
A Homero, Grecia; y a Virgilio, Roma;
A Dante, Italia; a Shákspir, Inglaterra.
Grande era España, rayo de la guerra;
Su brazo poderoso al mundo doma;
Más grande aún cuando en su oriente asoma
El sol del genio que alumbró a la tierra.
¡Soberbia edad, que ostenta por blasones
A San Quintín, a Otumba y a Lepanto,
Que de Lassos y Herreras y Leones
Oyó vibrar el armonioso canto!
¡Inmenso siglo, siglo de gigantes.
Que abrió Colón y que cerró Cervantes!

Además de las expuestas, que se reputan autorizadas, se ensayan diariamente nuevas combinaciones, entre las cuales tenemos la siguiente por una de las más felices:

SOMOS LOS CIELOS
(Salvador Rueda)

Somos lo azul con que se cubre el suelo,
Somos lo azul; nuestro divino encaje
Aparenta el redondo cortinaje
De la estupenda cúpula del cielo.
Somos lo azul; prendido a nuestro velo
Llevamos el incendio del celaje,
Y nos cruza el relámpago salvaje
Cual ave inmensa de rojizo vuelo.
Somos lo azul, con átomos sutiles,
Como quien labra túnicas gentiles,
Del aire hacemos la ilusión celeste.
Y elaboramos con azul bendito
El manto de los cielos infinito
Que lleva Dios por deslumbrante veste.

La circunstancia de emplear tres rimas facilita el trabajo del versificador. Los antecedentes se hallan en el parnaso francés, como acusa el modelo CCD-EED, uno de los innumerables que podríamos escoger. También suele cambiarse, sin alterar el tipo fundamental, la disposición de las rimas, como en este ejemplo CCD-EDE de Fontenelle:

Je connais la vertu de la moindre racine;
Je suis par mon savoir, dieu de la médecine;
Daphné courait encor plus vite que jamáis.
Mais s’il eút dit: Voyez quelle est votre conquéte;
Je suis un jeune dieu, tbujours beau, toujours frais,
Daphné sur ma parole aurait tourné la tete.

TIPOS DE SONETOS

Nombraré aquí solo algunos de los tipos de sonetos. En la actualidad son tantas las variantes que considero oportuno omitir las insustanciales, demasiado artificiosas o innecesarias para el estudio.

1. Soneto acróstico. Soneto en el que hay un acróstico. Recordemos que un acróstico (del gr. akros, extremidad, y stichos, verso) es una composición poética en que las letras iniciales, medias o finales de cada verso, leídas en el sentido vertical, forman un vocablo o expresión.

2. Soneto agudo (Navarro Tomás). Soneto en que los cuartetos tienen la forma de una octava aguda, y los tercetos llevan agudos los versos tercero y sexto, que riman entre sí.

Como un templo de Vesta religioso
de mi alma el misterio y simulacro
que hinche el recinto de respeto sacro
es el fuego sagrado del amor.
Lo demás… el vestíbulo de bronce,
el bosque umbrío de verdor perenne,
la fuente de alabastro y el solemne
silencio majestuoso de alredor.
Para nutrir el fuego, la divina
virgen del amistad, con paso egregio,
del pavimento por las losas va.
No lo robéis, profana gente indigna,
que no quedará impune el sacrilegio:
el rayo vengador os tocará.

(ANÓNIMO)

3. Soneto alejandrino (Navarro Tomás). Soneto en alejandrinos. Lleva frecuentemente rima cruzada en los cuartetos.

En las constelaciones Pitágoras leía,
yo en las constelaciones pitagóricas leo;
pero se han confundido dentro del alma mía
el alma de Pitágoras con el alma de Orfeo.
Sé que soy, desde el tiempo del Paraíso, reo;
sé que he robado el fuego y robé la armonía;
que es abismo mi alma y huracán mi deseo;
que sorbo el infinito y quiero todavía…
Pero ¿qué vaya hacer, si estoy atado al potro
en que, ganado el premio, siempre quiero ser otro,
yen que, dos en mí mismo, triunfa uno de los dos?
En la arena me enseña la tortuga de oro
hacia dónde conduce de las musas el coro
y en dónde triunfa, augusta, la voluntad de Dios.

(RUBÉN DARÍO)

4. Soneto de arte mayor (Navarro Tomás). Soneto compuesto en el verso de Juan de Mena.

Si las diversas pasiones que siento,
ya que mi caso las trae consigo,
pudiese por nombre dezir el turmento,
segunt que cada me trata nemigo,
de todas pasarlas sería contento
por sola valía d’aquella que digo;
que dezir las penas en mi pensamiento
es fazer menos el danyo que sigo.
Por muchas personas que fingen amor,
con poca vergüença las nombran assí,
de tales yo contra callar es mejor
que non la verdat escassa por mí,
pues ella sabida, será mi dolor
muy poco plañido por quien me vencí.

(JUAN DE VILLALPANDO)

5. Soneto asonante (Navarro Tomás). Soneto con rima asonante, en lugar de consonante.

Este cuerpo sellado por la inercia,
vivo sin voz, ausente sin sentido,
que al grito de los hombres no despierta
y el sueño arrastra a su secreto sino,
este cuerpo, mi cuerpo, sometido
a la niebla más niebla de mi muerta
soledad, sin presencia ni destino,
perdido el aire sin saber la esencia;
este cuerpo sin voz, metal sin fuego,
mano sin despedida que no muevo,
brazo, lirio de lava y de ceniza,
aire sin soplo de ternura verde;
este cuerpo sin voz ya no es la vida,
pero tampoco el sueño ni la muerte.

(BERNARDO ORTIZ DE MONTELLANO)

6. Soneto con cola (Juan Díaz Rengifo). Soneto que añade cada dos versos un quebrado de cuatro o cinco sílabas. Los quebrados riman entre sí con consonante diferente a las de los versos enteros.

Los ojos de honestíssima paloma,
o del octauo cielo las estrellas
relumbrantes:
La frente de la Aurora, quando assoma:
A las granadas las mexillas bellas
semejantes:
Los labios qual carmín deshecho en goma,
palabras y meneos de donzellas
no arrogantes:
El pecho qual confecionada poma,
los pies quales Rubís que dan centellas,
o Diamantes:
La estatura qual de una hermosa. palma,
y de Marfil el blanco cuello, y manos,
son dotes deste cuerpo sacrosanto
de María
porque los interiores, y del alma,
venid, o Cherubines soberanos
a los cantar, que ya no puede tanto
mi Talía.

(JUAN DÍAZ RENGIFO)

7. Soneto continuo. Soneto cuya estructura difiere del ordinario por disponer únicamente de dos consonancias para los catorce versos, es decir, que siete se adornan con igual rima y con otra rima los siete restantes. Quedó la estrecha combinación de esta variante a justo título desdeñada, pues ninguna utilidad se desprende de aumentar las ya no escasas dificultades del soneto a expensas de la espontaneidad de la expresión.

Ceniza espiritada, vil mixtura,
hombre de polvo, y lágrimas formado,
por ley divina a muerte condenado,
por qué no pones freno a tu locura?
Comienza ya a llorar con amargura,
lo mucho que a Dios tienes enojado,
la mala vida, el tiempo mal gastado,
si no te quieres ver en apretura.
Llamando te está ya la sepultura,
lugar estrecho, do será enterrado
deleite, honra, mando y hermosura,
y cuanto en esta vida es estimado.
El alma es inmortal, y siempre dura,
en sola ella emplea tu cuidado.

(JUAN DÍAZ RENGIFO)

8. Soneto de cuartetos independientes (Navarro Tomás) Soneto en que cada uno de los cuartetos tiene rimas distintas.

Cuánto Bilbao en la memoria. Días
colegiales. Atardeceres grises,
lluviosos. Reprimidas alegrías,
furtivo cine, cacahuey, anises.
Alta terraza, procesión de jueves
santo, de viernes santo, santo, santo.
Por Pasagarri las últimas nieves
y por Archanda helechos hechos llanto.
Vieja Bilbao, antigua plaza Nueva,
Barrencalle Barrena, soportales
junto al Nervión: mi vida despiadada
y beata. (La Virgen de la Cueva,
que llueva, llueva, llueva.) Barrizales
del alma niña y tierna y destrozada.

(BLAS DE OTERO)

9. Soneto doblado (Juan Díaz Rengifo). Soneto en que se introducen versos quebrados: dos en cada uno de los cuartetos y uno en cada uno de los tercetos. Los versos quebrados riman con los enteros.

Amor es lazo en tierra solapado,
ladrón disimulado,
ponçoña entre la dulce miel metida,
serpiente en frescas yeruas encogida,
que da mortal herida,
hondura en el seguro y ancho vado:
León junto al camino agaçapado,
de hambre fatigado
centella entre las pajas escondida,
halago, con que muere nuestra vida,
entrada sin salida,
castillo que debaxo está minado:
Celada de enemigos en la sierra,
fingido lamentar de cocodrilo,
candela sin pauilo,
veleta de tejado varïable;
de lana por torcer delgado hilo,
engaño manifiesto y deleytable,
calentura incurable,
promete paz, mas es la misma guerra.

(JUAN DÍAZ RENGIFO)

10. soneto enumerativo (Martín de Riquer). Soneto en que el sentido se gradúa de forma ascendente hasta el penúltimo verso, y la consecuencia se reduce al último verso. La característica de esta modalidad de soneto es una propiedad estilística y no métrica, pues métricamente responde al tipo clásico.

Aunque de godos ínclitos desciendas,
y cuelgues de pirámides gitanas
tus armas, con las águilas romanas,
y despojos de bárbaras contiendas;
aunque a Jove le des ricas ofrendas,
olores de Asia, plumas mejicanas,
y arrastres las banderas africanas,
y tu nombre de polo a polo extiendas;
aunque ciñan laurel y oro tus sienes,
y gobiernes la rueda de Fortuna,
y pongas con tu gusto al mundo leyes;
aunque pises la frente de la Luna,
y huelles la corona de los reyes,
si la virtud te falta nada tienes.

(BARTOLOMÉ LEONARDO DE ARGENSOLA)

11. Soneto con estrambote (soneto caudato). Soneto al que se le añade uno o más grupos de tres versos al final. Cada uno de estos grupos de tres versos suele tener la siguiente forma: un heptasílabo que rima con el verso anterior, y dos endecasílabos que forman un pareado. En algún caso puede faltar el heptasílabo.

Lope de Vega, Quevedo, Cervantes y algún que otro poeta han empleado el estrambote, pero rara vez con legítimo éxito. Su misma etimología (strabus, en latín popular strambus, cojo) indica su situación extra-estrófica y la variabilidad de su estructura. Es una derivación del estribillo, elemento genuino de la poesía popular, y produce cierta desarmonía a que no gusta de avenirse, si no es por gracia excepcional, la poesía regular y culta.

Aunque no puede decirse que lo burlesco y satírico sea esencial en esta forma, es frecuente tal tono, como ocurre en el siguiente ejemplo de Cervantes.

«¡Voto a Dios, que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla!;
porque ¿a quién no suspende y maravilla
esta máquina insigne, esta braveza?
¡Por Jesucristo vivo! Cada pieza
vale más que un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh, gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y riqueza!
Apostaré que la ánima del muerto,
por gozar este siglo, hoy ha dejado
al cielo, de que goza eternamente.»
Esto oyó un valentón y dijo: «Es cierto
lo que dice voacé, seor soldado,
y quien dijere lo contrario, miente».
y luego, encontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

(MIGUEL DE CERVANTES)

12. Soneto machiembrado (Navarro Tomás). Soneto en cuya rima se alternan palabras en género masculino y femenino. Este recurso recuerda al artificio de la antigua poesía cancioneril llamado «macho e femea»:

El día, que antes era noche oscura,
vuelve a ser día cada vez más puro;
la noche, que antes era día oscuro,
vuelve a ser noche cada vez más pura.
El Cielo, que antes era tierra impura,
vuelve a ser cielo menos inseguro;
la tierra, que antes era cielo impuro,
vuelve a ser tierra menos insegura;
desde que en este día sin reproche,
desde que en esta noche que no es noche,
desde que en este cielo que destierra,
desde que en esta tierra que no es tierra,
el corazón, ayer deshabitado,
vuelve a ser corazón enamorado.

(FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ)

13. Soneto pareado (Navarro Tomás). Soneto en que la rima de los cuartetos se organiza en pareados; en los tercetos, por su parte, también aparecen dos pareados. En el siguiente ejemplo, la rima es asonante.

Tardes así ¿cuándo os he respirado?
Sueltos cabellos, húmedos del baño;
olor de granja, frescor de garganta,
primavera hecha toda flor yagua.
Se abrió la reja y fuimos a caballo; n
el cielo era canción, caricia el campo,
y la promesa de la lluvia andaba
viva y alegre por las cumbres altas.
Cada hoja temblaba y era mía,
Y tú también, de miedo sacudida
entre presentimientos y relámpagos.
Latían entre nubes las estrellas,
y nos llegaba el pulso de la tierra
desde el tranco ligero del caballo.

(ALFONSO REYES)

14. Soneto polimétrico (Navarro Tomás). Soneto en versos de distinto número de sílabas.

Aquí termina la primera parte.
Cuántos papeles para qué Quinientos.
Quinientos tantos a los cuatro vientos
y -solo- un hombre contra todo el Arte.
¿Termina? Nace. Terminante, aparte.
Cuarenta marzos cenicientos,
lientos,
y al fin un fuego donde enfenixarte.
Un hombre. ¿Solo? Con su yo soluble
en ti, en ti, y en ti. ¿Tapia redonda?
Oh, no. Nosotros. Ancho mar. Oídnos.
y cuando el rojo farellón se anuble,
otro, otro y otro entroncarán su fronda
verde. Es el bosque. Yes el mar. Seguidnos.

(BLAS DE OTERO)

15. Soneto con repetición (Juan Díaz Rengifo). Soneto en que la última palabra de cada verso se repite al principio del verso siguiente. Rengifo califica de graciosos y dificultosos estos sonetos.

Guarda mundo tu flaca fortaleza,
fortaleza de carne no la quiero,
quiero seruir a aquel en quien sí espero,
espero hará de roble mi flaqueza.
Flaqueza en la virtud es gran vileza,
vileza no consiente un cauallero
cauallero en la sangre, no en dinero,
dinero que escurece la nobleza.
Nobleza verdadera en Dios se halla
hállala el que a sí mismo despreciando,
preciando a solo Dios en él se honra.
Honra Dios a los suyos, quando calla,
calla, porque en silencio está ayudando,
dando paciencia y honra en la deshonra.

(JUAN DÍAZ RENGIFO)

16. Soneto septenario (Juan Díaz Rengifo). Soneto en versos heptasílabos. Rengifo sólo se refiere al nombre de septenario que dan los italianos al soneto en heptasílabos, pero no da ejemplos ni dice que se emplee en castellano.

Con pérfido aparato
de amorosa fatiga,
luce su oro en la intriga
yen el ojo del gato.
Poetas, su recato
no pasa de su liga;
evitad que os consiga
su fácil celibato.
El dulce Shakespeare canta
su discreción de infanta;
mas cuando su alma aduna
con Julieta infelice,
«swear not by the moon», dice:
No juréis por la luna.

(LEOPOLDO LUGONES)

17. Soneto terciado (Juan Díaz Rengifo). Soneto con rima alterna (ABAB-ABAB) en los cuartetos.

¡Es mi adiós!.. Allá vas, bruna y austera,
por las planicies que el bochorno escalda,
al verberar tu ardiente cabellera,
como una maldición sobre tu espada.
En mis desolaciones, ¿qué me espera?.
(ya apenas veo tu arrastrante falda):
una deshojazón de primavera
y una eterna nostalgia de esmeralda.
El terremoto humano ha destruido
mi corazón, y todo en él expira.
¡Mal hayan el recuerdo y el olvido!
Aún te columbro, y ya olvidé tu frente;
sólo, ¡ay!, tu espalda miro, cual se mira
lo que huye y se aleja eternamente.

(MANUEL JOSÉ OTHON)

Fuentes:

ALGABA PACIOS, María Nieves (2004). Enciclopedia Universal Micronet S.A.
MENDEZ BEJARANO, Mario (1907) La ciencia del verso. Teoría general de la versificación con aplicaciones a la métrica española. Librería General de Victoriano Suárez. Madrid
DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2007) Diccionario de Métrica Española. Alianza Editorial, S.A. Madrid
BENOT, Eduardo. «Prosodia Castellana y Versificación». Casa editorial Juan Muñoz Sánchez.
http://es.wikipedia.org/wiki/Soneto#El_soneto_en_lengua_espa.C3.B1ola
http://es.wikipedia.org/wiki/Giacomo_da_Lentini

Publicado por Elhi Delsue en 9:53 a.m.
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Etiquetas: El Soneto

Elhi Delsue de su blog «sobre arte poetico»

Bibliografía:

1. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2007) Diccionario de métrica española, Alianza Editorial, S.A., Madrid.
2. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2006) Elementos de métrica española. Editorial Tirant lo Blanch. Valencia – España
3. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José (2006) Métrica Española. Editorial Síntesis, Madrid
4. Enciclopedia Universal DVD ©Micronet S.A. 1995-2004
5. QUILIS, Antonio (1975) Métrica Española, tercera edición. Colección Aula Magna. Ediciones Alcalá
6. REYZÁBAL, María Victoria. Diccionario de Términos Literarios.
7. VAZ FERREIRA, Carlos (1920) Sobre la Percepción Métrica. Imprenta Elzeviriana Borrás Mestres.
8. VARELA MERINO Elena, MOIÑO SÁNCHEZ Pablo y JAURALDE POU Pablo (2005) Manual de métrica española. Editorial Castalia, Madrid.

2 comentarios en “TIPOS DE SONETOS

  1. “DOS ALMAS, UN DESTINO”
    Soneto meridiano, silogismo trilógico.
    .
    .
    Nos conocimos, me viste y te vi
    esa traza cambio nuestro destino.
    .
    A ti una prosa en poema escribí
    Eres “Diosa” que Dios me regaló
    y que siempre mi corazón oyó,
    nuevamente de nuevo repetí…
    .
    Vidas lejanas en mismo camino
    toda nuestra vidas son pleonasmos
    semillas, siembra y cosecha del vino
    Mies que contentaran mis entusiasmos
    -nacimos conocimos y morimos-
    siempre serás causa de mis cleuasmos
    Desde nací para ti soy abstracto
    Y mi corazón sea tu retrato.
    .
    .

    Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano OFS.
    “Hombre de Maíz”
    Guatemala C.A.

    Silogismo: …Figuras artificiosa, varias alteraciones que experimentan los vocablos.
    Silogismo:….Comparación de formas normales lógicas,
    Pleonasmo: Palabras repetidas, redundantes.
    Mies: ………..Tiempo en cosecha
    Cleuasmos: Figura que se emplea cuando quien habla atribuye a otro sus buenas acciones o cualidades.
    Abstracto: …Considerarlo como persona viviente.

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  2. Queveriano de reflexión

    Que son cuatro estrofas “Dices mentira”

    …tres el meridiano, ¿Será una queja?

    Tiene su ritmo, rima que entreceja

    pero si la estudiamos, quita la ira.

    Son más de cien estilos ¡Eso admira!

    De amor, satíricos, moderna, añeja.

    El italiano once sílabas deja,

    también corta, como, soneto-lira

    ¡Algo mejor! ¿Estás enamorado?

    Toda su estructura tiene sentido

    poema que jamás será olvidado.

    Por su estilo saca el mejor partido

    y de este género es del más hablado

    cuanto más lo estudio estoy más perdido.

    Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano

    “Hombre de Maíz 2009”

    Guatemala, C. A.

    Francisco de Quevedo, ( siglo XVII) creó éste sub-género del soneto, lírico de estilo barroco,
    dando más importancia al concepto que a la forma en sí. Quevedo nos reveló, en “MUJER PUNTIAGUDA CON ENAGUAS” una forma magnífica para exprimir las posibilidades de la lengua.
    La base de la poesía conceptista no era nueva, pero destacó en el siglo XVII porque los poetas conceptistas de este siglo configuraron el estilo con unos recursos muy concretos, mismos que vemos reflejados en este poema.

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